Mis queridos todos y los que no me quieren también, me veo en la obligación de informarles, que este fin de semana, en Helsinki, capital de Finlandia, le dan la bienvenida a la primavera.
La fiesta es conocida con el nombre de “Vappu” está basada en una vieja tradición de los marineros, que con el deshielo, volvían a la mar con sus adorables trajes.
La verdad que me lo acabo de inventar muy relajadamente, pero es que ningún finlandés ha sido capaz de explicarme la razón, de esta celebración. Vale, la primavera llego, ¿pero hay algo más de fondo? Por lo visto no.
Todos los estudiantes, con estrambóticos gorros y monos de obreros llenos de estampas, se dirigen a coronar una estatua, es una sirena, la primera y única que se alcanzó a ver en el Báltico. Otra mentira a parte, después de coronarla durante dos días enteros, todo el mundo se echa a la calle, a beber como si no tuvieran fin su sed y hacer un picnic, en un parque, en mitad del bosque.
La verdad que, lo cojo con ganas, después de unas semanas muy ajetreadas, en cuanto al tema estudiantil, que viene siendo la base de mi vida aquí últimamente, me apetece bastante.
A la par me encuentro un poco asustada, no es raro de extrañar que sea el día que sea, te encuentre sa un par de finlandeses tirados en cualquier acera, debido a la melopea que llevan en sus venas. Serenos suelen ser tranquilos pero en plena ebullición de su alcoholismo un poquito violentos si se ponen.
Hasta los profesores nos han mencionado la locura que es, en fin, ya les contare, como ha ido las fiestas patronales, de este simpático lugar.
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