Fuiste a nacer en época de desastres, pues el Titanic se hundió a mediados de este mes, hace unos años atrás, también en Chernóbil ocurrió una catástrofe, pero como en todo lo malo hay un poquito bueno, como tu propio nombre indica, apareciste con tu luz y yo te digo que nunca te vayas.
713, recuerdo la primera vez que te vi, cerca de la habitación de la ansiedad, llevabas una sudadera de flores y aun te sentaba de maravilla el moreno veraniego. Me preguntaste en inglés y tu acento te delato, así que borde como mi naturaleza me ha hecho te conteste en español.
De ti me gusta tu contraste, tus ropas negras y camisetas anchas, al más puro estilo “heavy “se deshacen con tus “hola mi amor” y “vale cielo”, no sé porque no me extraña nada que definitivamente te acabe gustando el mayor de los hijos del gran Julio Iglesias.
Sigo con lo que me gusta de ti y es ese amor por lo precioso, tus hermanos, el resto de nosotras, tu capacidad de recibirnos sea la hora que sea y hacernos un sitio en la cama.
Me gusta cómo me llamas “Ma” y saber que contestas siempre cariñosamente por “Mari Pili”
Es una alegría saber que tus lentejuelas brillan a mi lado hoy y a partir de ahora sé que siempre.
Desde un trocito de Europa, te digo que te quiero, que tengas un feliz cumpleaños y que me guardes un vasito de Pacharán.
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