jueves, 27 de enero de 2011

...De urgencias.

La rutina funciona de esta manera, abres un ojo y te estiras como si tu yo interior, quisiera salir de tu yo mismo, acto seguido, pones la cafetera, ese ruido de viejo tranvía hace saltar mi alarma y me apresuro a salir de la  ducha, buenos dias, café con tostadas recien listo.
Pues aquella mañana fue distinta,algo taladraba con mucha fuerza mi mandíbula, tenía la esperanza de que fuera un sueño, pero el dolor hizo desaparecer todas mis ilusiones.
Siguiendo la rutina madrileña, basta con descolgar el telefono o presentarse por sorpresa en el dentista, pero bien a casi 3000km de tu casa la ignorancia hace que tu dolor se incremente y tu angustia se dispare.
Pero bueno dejando a un lado el melodramatismo y dando paso a la cordura, me dispongo a buscar soluciones, hoy en día internet funciona como un oráculo, es como los remedios de la abuela, no sabes si van a funcionar, pero ahí estan, alimentando tu esperanza.
Dos horas más tarde me encuentro en el  hospital de estudiantes, me llama la atención de que no hay hombres dentistas, sólo señoras y a juzgar por su apariencia, dejaron su juventud bien lejos, parece que deben tener experiencia.
Una señora muy amable trata de pronunciar mi apellido, para darme la bienvenida al potro de la tortura, hago  mi entrada triunfal con la compañía de Elena, se la presentó, Elena,buena amiga,mis querido todos, viene de acompañante y de interprete. Una vez tumbada, me plantan unas gafas de ventisca estilo corredor de ciclista, es inevitable la mirada complice y la carcajada con mi amiga, por fin algo bueno de esta mañana.
Tras unos segundos examinando,la dentista amable pasa a su inalcanzable explicación junto a un par de recetas, digo inalcanzable, puesto que nuestro finés brilla por su ausencia. Pero bueno, bajo el brazo tengo mis antibioticos y mi dolor queda aliviado en mi mente, ya tengo mi rutina resuelta, asi que sin más de pronto vuelvo a sonreir.
http://www.youtube.com/watch?v=txqiwrbYGrs

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