martes, 15 de febrero de 2011

...Torcida.


Les propongo un juego, vamos a jugar a la asociación de una palabra con un pensamiento.
Empecemos. Vaca, en mi cabeza aparece leche, blanco, calcio, parece como si al beberme un vaso de ella directamente se inyectara todos esos nutrientes en mis huesos, falsa asociación.
Cambiando de tercio completamente, les digo abogado, adivino en sus mentes un hombre engominado, de mediana edad, trajeado, con bonitos zapatos y una cartera de piel a juego. Cargado de ambición, disimula su astucia con sus términos jurídicos. Desde tiempos más remotos la figura de jurista siempre ha estado desprestigiada, viéndose como un ave rapaz o un mentiroso.
Pues bien voy a romper un tópico más, yo que nací torcida estudio derecho, con un  matiz casi religioso, movida por mi fe de tratar de hacer las cosas bien. Parto de la existencia de seres humanos racionales que según nacen en sus cabezas hay un chip invisible que les hace distinguir lo que está bien de lo que está mal, pero amigos el Edén de Adán y Eva desapareció hace mucho tiempo y siendo sinceros, aun haciendo esta distinción entre el bien y el mal, no todos tomamos el mismo camino. No pretendo ser una especie de Robin Hood ya que el impartía justicia según su moralidad, pero si decidí estudiar derecho con la misma vocación que un médico decide estudiar tanto para salvar vidas o mejorarlas. Por lo tanto, sonríanme el día que me gradúe y aliéntenme para que lo haga lo mejor posible.
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=injusticia

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