8 a.m.
el sol comienza a soplar tu piel, boulevard de cristales rotos indican turismo
contaminado. Maruja y Vicente lugareña y él de adopción, te cuentan que el modas
fucking del otro lado, era la tienda de la esquina, la de toda la vida.
Coche
rentado y maletas desempacadas, llaman al traje de baño, toalla en mano, gafas
de pro y carreteras sin sentidos te llevan a un hueco rocoso, pinchante, aguas
de vaso color cristal. No hay moros en la costa, sino paninis embotellados
orgullosos de… pues debe ser de su
varonilidad.
Día 2.
Con
chanclas y a lo loco, te escarpas las manos y ha medida que te abarrancas
acantilado abajo, de pronto lo ves y la paz se hizo en ti, no se sabe que pasó
con tu espíritu.
Ya no
importa las jellyfish que te piquen, tan
solo es su saludo más amargo. Llegaste, bienvenido al reflejo del cielo en la
tierra. Sin serlo, soy el rey, no Midas sino uno de los buenos. Comienzas a ser
almendra tostada bajo el sol, vaya colores, que lindura el azul casi verde de
lo saladita que esta la mar.
No te
imaginas donde estoy y lo que visto.
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