martes, 28 de agosto de 2012

Donde quiere


8 a.m. el sol comienza a soplar tu piel, boulevard de cristales rotos indican turismo contaminado. Maruja y Vicente lugareña y  él de adopción, te cuentan que el modas fucking del otro lado, era la tienda de la esquina, la de toda la vida.

Coche rentado y maletas desempacadas, llaman al traje de baño, toalla en mano, gafas de pro y carreteras sin sentidos te llevan a un hueco rocoso, pinchante, aguas de vaso color cristal. No hay moros en la costa, sino paninis embotellados orgullosos de… pues  debe ser de su varonilidad.

Día 2.

Con chanclas y a lo loco, te escarpas las manos y ha medida que te abarrancas acantilado abajo, de pronto lo ves y la paz se hizo en ti, no se sabe que pasó con tu espíritu.

Ya no importa las jellyfish  que te piquen, tan solo es su saludo más amargo. Llegaste, bienvenido al reflejo del cielo en la tierra. Sin serlo, soy el rey, no Midas sino uno de los buenos. Comienzas a ser almendra tostada bajo el sol, vaya colores, que lindura el azul casi verde de lo saladita que esta la mar.

No te imaginas donde estoy y lo que visto.

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